viernes, 26 de marzo de 2010

EL CINE, PERDIDO EN EL TIEMPO.

El Séptimo Arte pierde éste sentido para convertirse en un pretexto para ir al cine a comer palomitas; gusto reservado sólo para unos cuantos con dinero necesario para el boleto, las golosinas y el transporte; o de lo contrario que vivan cerca de los únicos dos complejos de cines que opera en el estado de Nayarit.

En menos de diez años desaparecieron 29 salas cinematográficas que operaban en todo el estado, a causa del embate económico, el video en casa, la “piratería” y el plasma de grande dimensiones. Tal es la situación que hasta el cine porno operado por el Sindicato de los Cinematografistas (STIC) en la calle Zapata está por cerrar sus puertas. En Tepic opera el único par de conjuntos de salas de proyección, MMCinemas, los restantes 19 municipios se las arreglan con la renta de películas, cable o antena en los lugares hasta donde ha llegado esta tecnología. Los poblados más apartados ocasionalmente son visitados por el cine ambulante.

Antes, el celuloide cumplía una función social: era pretexto para conocer gente, establecer relaciones, salir de la rutina y quizá su objetivo principal y menos perceptible: era instrumento de penetración y “conquista” en las masas. Al menos a Hollywood, la llamada Meca del Cine, le ha funcionado con México y América Latina.



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